Iluminación halógena
Las lámparas halógenas son una evolución de las lámparas incandescentes, con la ventaja de tener más horas de vida útil y una mejor eficacia. En este articulo te mostraremos todo lo que debes saber de la tecnología halógena en la iluminación.




Estas se componen de un filamento de tungsteno dentro de un gas inerte y una pequeña cantidad de halógeno (Bromo – Yodo) en equilibro químico, lo cual le da un poco más de durabilidad al filamento evitando que se desgaste menos y se recupere con mayor rapidez.
En este tipo de lámparas ocurre un fenómeno químico llamado “el ciclo del halógeno” que consiste en depositar de nuevo el tungsteno sobre el filamento, evitando de esta manera el oscurecimiento de la bombilla y una mayor vida útil a la misma.




En la fabricación de lámparas halógenas, se reemplaza el vidrio por un compuesto de cuarzo; de esta forma se pueden fabricar en tamaños más pequeños al soportar temperaturas más elevadas.
Otra característica de esta lámpara, es la variedad de casquillos en las que son elaboradas a diferencia de su antecesora la bombilla incandescente.
Un casquillo para lampara o bombilla es aquel que permite el anclaje o fijación mecánica de la lámpara en determinado lugar, además de esto permite el paso de la corriente hacia el filamento interno mediante una conexión segura y fácil de realizar.
El ciclo del halogeno




Dentro de la ampolla hay gas halógeno (representados puntos verdes), el cual se mezcla con el tungsteno antes de que llegue al cristal.




Luego se suelta el tungsteno y se pega al filamento nuevamente, reciclándolo y liberando el halógeno.




El halógeno queda preparado para mezclarse con otra partícula de tungsteno que se aparte del filamento, finalizando con esto el llamado ciclo del halógeno.




Casquillo en los bombillos
El casquillo tiene dos funciones importantes en la lámpara o bombilla. Por una parte, se utiliza para conectar el filamento a la corriente eléctrica que viene del portalámparas. Y de otra forma, permite sujetar la bombilla a la luminaria evitando su desgaste.




En su elaboración se usan comúnmente materiales como el latón, el aluminio o el níquel. Los casquillos utilizados en alumbrado general son de dos tipos: Edison (E) y Bayoneta (B).
Para su nomenclatura se usa la inicial de la clase junto con el diámetro en milímetros. Por ejemplo, E27 quiere decir que tenemos una lámpara o bombilla con casquillo Edison de 27 milimetros de diámetro.
Nomenclatura utilizada en los casquillos de bombillas




Tipo de portalámparas:




Diámetro del Portalámparas:




Número de Contactos:




Casquillos más usados:
En general, dependiendo del tipo de bombilla y su finalidad se tienen diversidad de casquillos con los que pueden ser fabricadas las lamparas o bombillas.








Como podemos observar en las imágenes anteriores, existen muchos tipos de casquillos para lamparas y bombillas y cada uno de ellos tiene un propósito específico.
Aunque algunos tienden a desaparecer del mercado por sus características técnicas y aplicación, por efectos de reposición es mejor conocerlos todos ya que de este modo se nos hará más fácil actualizar un sistema de iluminación antiguo.
Aplicaciones de las lamparas y bombillas halógenas
Retomando el tema de las lámparas halógenas, notamos que estas son más utilizadas para aplicaciones decorativas de un lugar, es decir, cuando nos surge la necesidad de iluminar un objeto de nuestra casa con el fin de que sobresalga y llame la atención, utilizamos lámparas halógenas ya a que estas ocupan un menor espacio y su rendimiento es mucho mayor que una lámpara incandescente.




Esto sucede por la elevada temperatura superficial, que manejan las lámparas halógenas, descartándolas de ser utilizadas en lugares en donde accidentalmente podríamos entrar en contacto con ellas.
Su eficiencia no supera el 10%, la principal ventaja con respecto a los incandescentes está en la vida útil que llega a las 4.000 horas de funcionamiento.